El bienestar en lo colectivo
La pandemia que hoy vivimos es difícil de haber sido prevista. Solo hace unos meses, era imposible pensar en el desafío que iba a implicar un virus como la COVID-19 en la humanidad. Lo mismo pensó Felipe Perico, un diseñador industrial de 34 años que, al anunciar el simulacro de aislamiento en Bogotá, decidió pasar ese fin de semana en la casa de su padre en Tunja junto a su esposa, Jeraldin Delgado, y a su pequeño hijo. Felipe no imaginó que duraría tanto tiempo en su casa paterna, esa casa que lo vio crecer, pero en la que no vivía desde que tenía 16 años. Ese tiempo lo agradece. Fue una oportunidad única de reencontrarse con su familia, de replantearse su propósito en la vida, que quizás no se hubiera dado en otro momento, y que le permitió apreciar la simpleza de una vida ralentizada, en donde compartir tiempo con su familia era lo único que quedaba por hacer y lo que más disfrutaba en ese momento.
La vida de millones de colombianos se detenía como se detenía la vida de Felipe. Sin embargo, previendo los riesgos que el nuevo virus iba a traer al país, Felipe quiso aprovechar ese tiempo para hacer investigaciones sobre el virus, su forma de contagio, y las innovaciones que se estaban planteando alrededor del mundo para hacerle frente a una nueva normalidad. Curioso de las comunidades de makers y de las ideas novedosas que buscan soluciones prácticas a las problemáticas actuales, Felipe encontró una idea en las caretas de impresión 3D de la empresa PRUSA.
Esta idea fue su inspiración y le abrió el camino para crear nuevas alternativas de careta a través de un producto que le sirviera a la ciudadanía para la protección física mientras les permitía retomar sus actividades cotidianas conservando así el empleo. El prototipo de máscara que Felipe diseñó, lo comenzó a imprimir en su empresa Printa.Co cuando llegó a Bogotá, en donde junto a Jeraldin pasaban la mayor parte del tiempo bocetando e intercambiando ideas para la producción de este elemento de protección.
“No fue una idea de un solo momento, la trabajamos mucho, eso hacemos los cacharreros como yo” dice Felipe con énfasis. Cacharrero es un término español utilizado para describir una persona que vende recipientes o loza ordinaria. Que quizás se hizo famoso con la obra de arte de Francisco de Goya en 1779 que lleva el mismo nombre. En Colombia, el término se utiliza para describir a una persona que hace de todo, que busca por todos los medios sobrevivir, pero quizás como lo describe mejor Felipe, es “alguien apasionado que busca soluciones a los problemas, que no se queda quieto”.
Es esa característica de “cacharrero” lo que ha impulsado la vida de Felipe. Es lo que lo llevo a buscar alternativas a la crisis actual para proteger la vida de varios colombianos mientras lograba otra fuente de ingresos. Quería hacer un buen producto, útil pero seguro, que realmente sirviera a la protección de la salud de las personas que lo usaran. Por ello, contactó a su primo Hugo Perico, un médico que los guió en el diseño de las caretas y fue el primero en comprarlas para ponerlas a prueba. “Era un camino casi de ensayo y error que nos permitió ir perfeccionando la careta y brindar un elemento de protección que lograra la protección real de todos y todas” afirma Felipe.
Fue en este proceso, cuando Felipe descubrió la convocatoria Reto Cascos De Vida impulsada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo — PNUD, en alianza con la Vicepresidencia de la República, la ANDI, la Universidad EAN y la comunidad Makers Colombia. Una convocatoria que reconocía la innovación de los colombianos para ofrecer soluciones que mitigaran los efectos epidemiológicos, sociales y económicos causados por la COVID-19.
¿Y es qué, de que sirve innovar en estos momentos? Para Felipe, la innovación debe ser una herramienta necesaria para mejorar las condiciones y la calidad de vida de las personas en el mundo. “Uno de los mayores errores de la humanidad ha sido identificar su bienestar en contraposición del otro y no importarle cuando el otro está en una situación desfavorable que no le permite un desarrollo humano sostenible”. Ese otro que a veces olvidamos, y que ha enfrentado con crudeza y rigor los estragos de la pandemia, fue el objetivo con el que Felipe se inscribió en el Reto Cascos de Vida en la categoría de ciudadanía, y en la cual ocupó el segundo puesto con su propuesta de Careta Re.Co. Esta es una careta de auto ensamblaje de plástico transparente (PETg), que cubre la cara por encima de la línea de implantación del pelo hasta por debajo del mentón.
Para PNUD Colombia, es fundamental apoyar las iniciativas y creatividad de los colombianos y las colombianas que día a día buscan brindar soluciones a las problemáticas globales y específicamente, a las del ámbito nacional. El mejoramiento en las condiciones de vida, la protección de la salud, y el crecimiento en posibilidades de desarrollo, son esenciales para disminuir la brecha de la desigualdad en el país para que nadie se quede atrás.