Joe defiende el Cauca
El Cauca es uno de los departamentos con más concentración de comunidades étnicas y biodiversidad en su territorio, pero también ha sido uno de los departamentos más golpeados por las diferentes problemáticas internas del país. Históricamente, las comunidades que ahí habitan han resistido el despojo de sus tierras, el conflicto armado y la creciente violencia de los actores armados, el desplazamiento forzado, los altos niveles de pobreza y desigualdad, el incremento de las economías ilegales, la contaminación de su territorio, la discriminación, la pérdida de sus costumbres y sus raíces, entre otras vulneraciones a sus derechos.
A pesar de esto, siempre han existido cientos de líderes y lideresas indígenas que buscan proteger la vida y el territorio de todas sus comunidades. Uno de estos líderes es Joe Emil Sauca, un indígena perteneciente al pueblo coconuco ubicado en el Parque Nacional Puracé, que actualmente coordina la oficina de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), una de las agrupaciones de indígenas más grandes del país.
Joe ha enfrentado muchas de las amenazas que se ciernen encima de las comunidades en el Cauca, y ahora debe enfrentar la pandemia de un virus que amenaza la salud y economía a nivel mundial. La llegada de la COVID-19 a territorios étnicos ha dejado en evidencia el abandono estatal en que se encuentran la mayoría de las comunidades negras e indígenas, las cuales no cuentan, en algunos casos, ni con servicios básicos ni con los recursos para adquirir elementos de protección que les permitan enfrentar este virus. Además, estas comunidades se encuentran alejadas de centros de servicio de salud primarios lo que dificulta el acceso a una atención médica adecuada en la peor emergencia sanitaria actual.
Joe tiene 36 años y lleva más de 15 años en el CRIC y como defensor de DDHH él ha abonado un camino de aprendizaje para las nuevas generaciones enmarcado en los sistemas de justicia propios, nacionales e internacionales, en el respecto por todas las formas de vida que cohabitan el territorio y el valor de sus raíces ancestrales.
Ahora con la pandemia, los retos para las comunidades indígenas en el Cauca se agravan y terminan mimetizándose con las problemáticas que ya presentaban antes de que el virus llegara. Por ejemplo, la situación económica de las comunidades indígenas en el Cauca se ha afectado gravemente por el descenso en el consumo de productos agrícolas en los que estas comunidades han basado su economía local. Las restricciones de movilidad y acceso al territorio también han disminuido los ingresos familiares. Además, la falta de elementos de protección los coloca en un riesgo mayor de contagio.
Identificando esta situación, la Oficina de la Coordinadora Residente (OCR) en Colombia a través del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con recursos de la Embajada de Suecia han contribuido en la compra y entrega de 10.000 dispositivos de protección facial del Reto Cascos de Vida, iniciativa impulsada por el PNUD en Colombia, con los colores característicos del CRIC; 10.000 tapabocas comprados al proyecto productivo urbano de mujeres excombatientes de la Asociación Las Manuelitas en Cali; 398 kits de alimentos producidos en resguardos indígenas del departamento y comercializados a través de la cooperativa de economía solidaría CENCOIC y 35 termómetros digitales para el monitoreo de la salud de las personas que se trasladan entre el territorio.
Los elementos de bioseguridad y los kits fueron entregados en un ejercicio coordinado entre el CRIC, la Gobernación del Cauca, la Defensoría del Pueblo y el PNUD en los municipios de Belalcázar, Caldono, Inza, Piamonte, Santa Rosa, Santander de Quilichao, Silvia y en la capital del departamento, Popayán impactando 10 pueblos indígenas entre los que se destacan los Nasa-Paéz, Guambiano Yanaconas y Coconucos.
Joe afirma que ahora “el reto es cómo nos organizamos, cómo seguimos fortaleciendo ese nivel que tenemos como comunidades indígenas en la parte de estructura, no solo de la guardia indígena sino también de toda la comunidad, y desde ahí, poder contrarrestar la situación de emergencia social y económica que tenemos y esa estigmatización y discriminación hacía los procesos de lucha que nosotros hemos impulsado con las comunidades”
La presencia de varios grupos étnicos y poblacionales puede ser difícil a veces. Sin embargo, en tiempos de crisis siempre es mejor permanecer juntos. Por esta razón, el CRIC decidió compartir los elementos de protección y kits con las comunidades con las que también habitan en el territorio. Es una decisión que no solo permite la protección de otras personas vulnerables, sino que fortalece los lazos de los distintos pueblos.