La apuesta de reciclaje de la isla de los 7 colores
Si uno pudiera imaginar el paraíso, seguramente sería parecido al Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina ubicado a 230 kilómetros aproximadamente de la costa nicaragüense y a unos 750 kilómetros de la costa norte del país. El Archipiélago, es uno de los departamentos más hermosos de Colombia y cuenta con una de las reservas marinas más ricas del mundo.

Es un paraíso natural que entre el creciente turismo y la belleza natural exuberante esconde una problemática social y medio ambiental consecuente a su ubicación geográfica y del preocupante abandono estatal al que ha estado sumido por años. La población raizal que habita en la isla de San Andrés ya supera los 85 mil habitantes en un espacio de no más de 26 kilómetros cuadrados. La densidad poblacional está planteando la posibilidad de expulsar personas que no sean oriundas de la isla debido a la escasez de recursos y a la producción exacerbada de desechos.
Esta es una problemática que ha comenzado a afectar a toda la población isleña y a la zona de Schooner Bight en donde se ubica el botadero de basura. Allí es donde vive Lisseth Rosana Arigal, una mujer raizal de 30 años que nació en Schooner Bight y que desde pequeña ha sido proactiva por salir adelante, así que ha trabajado arreglando uñas, asesorando empresas, y en cualquier trabajo que pueda brindarle la oportunidad de recibir un sustento diario. Sin embargo, el proyecto de vida de Lisseth adquirió un nuevo rumbo cuando comenzó a darse cuenta de que la zona donde vivía estaba siendo afectada y su salud también. El hecho de vivir en la zona donde está alojado Magic Garden, el botadero municipal, le ha afectado seriamente su salud. Sufre de asma, pero su situación se agravó cuando en mayo de 2018 se presentó un incendio en el Magic Garden que impregnó de humo toda la comunidad por casi una semana. “Desde ahí, fue que empecé a ir a neumología. Me han hospitalizado por varias crisis asmáticas”- afirma.

En mayo de 2018, se reunió con la comunidad y conversaron sobre el peligro que implicaba para ellos el relleno sanitario y el posible plan de contingencia que deberían emplear para frenar la contaminación que produce el mal manejo de las basuras. Emprendieron varias acciones de protesta social que atrajeron la atención de autoridades locales, empresas privadas y otras organizaciones. Fundó la organización Schooner Bight Asociation con otros jóvenes de la zona, una organización que realiza eventos sociales y culturales para promover el desarrollo social y económico, así como el bienestar de todos los habitantes de la zona de Schooner Bight, que después de la afectación de basuras a la que se vieron expuestos decidieron emprender un proyecto de procesamiento y aprovechamiento de residuos sólidos.

La organización se conformó con 24 personas que en el principio dijeron que sí querían participar en el estatuto de la organización hace 2 años. Lisseth es la representante legal hace más de un año y como ella aclara “Al mando como siempre están las mujeres, 18 mujeres, si no estoy mal, y 6 hombres” — resalta.
A mediados de 2018, tuvieron la oportunidad de presentarse a un proyecto que impulsara el desarrollo de la zona y contribuyera a mejorar la calidad de vida de la comunidad raizal de la isla. PNUD ha apoyado esta iniciativa desde el inicio aún cuando el proyecto estaba todavía en su fase inicial como dice Lisseth, “nos presentamos y estábamos en ceros, todavía no sabíamos que íbamos a hace, de qué se trataba y cuál era la idea. Ellos dijeron que teníamos que trabajar la parte agropecuaria, la parte de pesca y la parte ambiental, nosotros nos lidiamos con la parte ambiental por lo que hemos que tenido que pasar y sufrir todos estos años con el Magic Garden”.

La idea surgió por parte de la misma organización, y así fue como empezaron a trabajar con residuos sólidos como el plástico y el vidrio. En San Andrés se producen 80 toneladas de basura a diario y el problema radica en que nadie sabe que hacer con tanta basura. Para la organización Schooner Bight este proyecto es muy importante ya que son los principales afectados por el relleno sanitario, sin embargo, Lisseth tiene claro que “este es un proyecto, sumamente importante, no solo para nosotros como organización o para nosotros del sector Schooner Bight sino para toda la isla porque todos los habitantes en la isla producen residuos. Uno mira más allá del proyecto y dice -pues la isla va a respirar- porque no hay donde más llevar las basuras, las montañas de basuras están aquí y allá, ya están echando las basuras allá en el Magic Garden en terreno ajeno y no es la idea”.
Schooner Bight Ethnic Association ha capacitado técnica y organizacional a 12 jóvenes, y ha acondicionado un centro de acopio para separar, compactar y triturar hasta doce toneladas de residuos mensualmente, mejorando la posibilidad de recuperar y reutilizar los residuos sólidos aprovechables, para lo cual se dotó a la organización de la maquinaria necesaria.

Con el fin de unificar esfuerzos en la gestión de residuos sólidos reciclables en la Isla de San Andrés, LATAM Airlines Colombia y Schooner Bight Ethnic Association firmaron un convenio,-con el apoyo de Acoplásticos y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo — PNUD- para transportar los residuos recolectados en la isla a la ciudad de Bogotá.
“Esta es la primera vez que se está reciclando plástico en San Andrés, en un proyecto que parte de los esfuerzos del sector privado, el Estado, organizaciones internacionales y la sociedad civil. La estrategia es verlo como un mercado de reciclaje que puede ser dinámico y generar muchas oportunidades económicas, sociales y, naturalmente también generar muchos impactos positivos en términos ambientales”, aseguró Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos.
Esta alianza busca apoyar el cumplimiento de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 (Salud y Bienestar), el ODS 6 (Agua Limpia y Saneamiento), el ODS 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico), el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), el ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), el ODS 12 (Producción y Consumo Responsable), el ODS 13 (Acción por el Clima), y el ODS 14 (Vida Submarina). Además, aportará a las metas de reducir las emisiones de gases efecto invernadero y aumentar la tasa de reciclaje de residuos sólidos en la Isla de San Andrés.